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Martis Blog
27 mars 2007

Wurtz

Wurtz (GUE/NGL). - Señor Presidente, Señor Presidente en ejercicio del Consejo, Señor Comisario, estuve ayer con otros 18 diputados europeos de seis grupos diferentes de nuestro Parlamento en el campo de refugiados de Jenín. Cuando nosotros hemos enterado, después de irnos de Jerusalén, que Ariel Sharon se oponía a la llegada de una comisión para el establecimiento de lo que había ocurrido en el campo de Jenín mientras que esta comisión, situada bajo los auspicios de la ONU, estará compuesta por personas como el Antiguo presidente del comité internacional de la Cruz Roja, o la anciana Alto comisaría de los refugiados, ninguna ni ninguno de nosotros hemos entendido en un principio la razón de este nuevo reto creado por el primer ministro israelí a la comunidad internacional. Efectivamente, en Jenín, un tercio de esta ciudad dentro de la propia ciudad, que contaba  el ultimo mes con  15 mil habitantes, está en ruina. En los edificios rotos, las familias se reagrupan en las partes de los edificios que se mantienen aún de pie, con el  riesgo de ver lo que queda de sus casas aplastarse sobre ellas. En una parte del campo, una inmensa plaza se extiende ante nosotros, allí incluso dónde, hace un mes, se erigían decenas de edificios de tres o cuatro pisos, de los  cuales no son más que lo que queda de algunas estructuras metálicas que surgen del suelo, este suelo que se presiona sin saber demasiado cuántos cuerpos permanecen enterrados bajo los escombros. En total, hasta ahora 47 cuerpos pudieron extraerse de las ruinas. Cuando las verdaderas investigaciones se emprendan, esta cifra desgraciadamente corre el riesgo, de aumentar.

Los relatos de los habitantes, elementos de pruebas y apoyo, nos han congelado de pavor. Muchos soldados, alguno de estos soldados que sitiaron el campo el 2 de abril, no tuvieron ninguna piedad con la población civil, da igual que se trate de niños, personas mayores, minusválidos, o de heridos.

Esta actitud totalmente inaceptable, nos hace ver imágenes escalofriantes hasta que llegamos al cuerpo médico del hospital del campo, que nos ilustran detalles de estos días sombríos. El 4 de abril a las 3 de la tarde, nos comunicaron, que la armada había rodeado el hospital con 22 carros de combate. Está prohibido movernos, nos han dicho. «  Si hay una ambulancia roja, nosotros disparamos » nos previno el general israelí, el también es médico. Efectivamente dispararon sobre la Cruz Roja, que intentaban entrar en el campo. « No hemos tenido la autorización de salvar a los supervivientes que estaban heridos », nos cuentan los médicos. Un médico que preguntó por alguna noticia sobre su madre, le respondieron que estaba herida y que no la podía ver. Nos la encontraremos más tarde acribillada de balas. El mismo día, los carros de combate atacan al hospital y destruyen la estación de oxígeno. Para parar la hemorragia a un herido donde el tórax le había sido atravesado con una bala, tenemos, nos ha contado un médico, un alambre. Hemos suplicado a los soldados para que nos dejen curarlo. Va a perder el brazo, grita el médico. Y el soldado le responde: « es lo que suele pasar. Ellos se llevarán al herido, así como a otros,  después de seis horas de espera bajo el sol. No sabemos en lo que se han convertido. Un joven viene al hospital a coger medicamentos para su madre. En la entrada al hospital, un carro de combate le dispara y lo hiere. Una enfermera intenta meterlo dentro. « Si le tocas, estás muerta » le dicen. Más tarde, un soldado mata al herido antes de llamar a la enfermera para poder recuperar el cuerpo.

Estas exacciones tienen un nombre: ellas tienen la apariencia de crímenes de guerra. Esto no tiene nada que ver con la defensa legítima de la seguridad de Israel. No hace falta buscar las razones por las cuales Ariel Sharon intenta detener a cualquier precio la investigación de la verdad por una comisión dirigida por la ONU. Como ha declarado un oficial israelí en el Jerusalén Post está mañana, lo voy a citar: « somos un país soberano, nosotros no tenemos porque aceptar este tipo de imposición. Es mejor para nosotros aguantar algunos días de mala publicidad que de vivir con las consecuencias de un informe que se ande con rodeos.

La conclusión de que debemos extraer, para nosotros, es que hace falta que la comisión internacional, de entrada, recuerde a esta gente la diferencia entre un país soberano y un territorio ocupado, y luego que, les hagan entender claramente que el tiempo de impunidad, se ha acabado. No será sólo un par de días difíciles.

Sharon tendrá, tarde o temprano, que rendir cuentas. Sí, es la hora de reaccionar con mucha más firmeza. Reaccionar, porque no podemos correr los riesgos de ser cómplices de algo inaceptable. Reaccionar mucho más porque Jenín no es un caso aislado. Hace falta saber la verdad sobre todas las ciudades que han sido reocupadas, sobre todo Nablús donde no se pueden olvidar las atrocidades que se han cometido. Reaccionar porque la impunidad anima a la arrogancia. Muchos de nuestros interlocutores, ( palestinos, pero también israelitas) y entre ellos la vice-presidenta de la Knesset, Señora Chazan, nos contaron que temían un posible asalto contra el cuartel general de Arafat. Y por otro lado, ¿qué repercusiones tendría el dirigente palestino y diputado Barghouti? Además, en Belén nada está en su sitio, incluso si las discusiones estén en proceso. Ariel Sharon también declaró el desarrollo de operaciones militares en Gaza. También constato que no se planteaba la evacuación de la mayoría de las colonias. Sí, reaccionar, sin esperar un más que posible susto de Estados Unidos donde el presidente insulta a los palestinos y se ridiculiza a si mismo presentando a Sharon como un hombre de paz.

Reaccionar, ser responsable, eso quiero decir, desde mi punto de vista, para nuestros parlamentarios, incluso la ayuda urgente si es necesaria, de comprometerse totalmente a favor del envío de esta fuerza de interposición, no para hacer la guerra sino para contribuir a la paz. Eso quiere decir igualmente ejercer la máxima presión en el espíritu de la resolución que nosotros hemos aceptado hace dos semanas sobre aquellos que bloquean al Consejo  para que se revise las relaciones entre la Unión Europa e Israel. Reaccionar, ser responsable, es decir, Señor Presidente, como Parlamento europeo, que dependen directamente de nosotros. Respecto a esto, quiero hacer eco de un llamamiento que nos lanza el presidente Abou Ala del Consejo legislativo palestino. « Es en estos momentos críticos cuando reconocemos a los amigos » nos a comentado, y « acogeré con gran satisfacción una delegación oficial de vuestro Parlamento al mismo que al presidente » . Es, para mi gusto, el momento para no responder a esta invitación y, al mismo tiempo, de devolverle a Abraham Burg, presidente de Knesset, la visita que él nos quiere hacer. Nosotros mostraremos claramente que no criticamos a Israel. Condenamos a Sharon.

Lo que nosotros queremos es una paz duradera dentro de la justicia y de la dignidad, porque por primera vez desde 1948 hay una nueva perspectiva por la asamblea de los países árabes. Es una ocasión histórica que tenemos que aprovechar. Será todo un honor para España de no escatimar ningún esfuerzo para que esta esperanza se haga realidad.

(Aplausos)

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